El delantero salteño empezó a jugar a los siete años en Cerrito del Baby Fútbol de Belén: un pueblo que está a 85 kilómetros al norte de la ciudad de Salto. Palacios se fue a la ciudad dos años después, para jugar en Chaná hasta los 17 y se vino para Montevideo al club del que es hincha: Peñarol. “Me sentí un profesional desde que empecé a jugar al fútbol o por lo menos lo intenté”, dijo.
Hizo primaria y terminó ciclo básico, pero su cabeza -como cuenta él- sólo pensaba en el fútbol.
Está cedido en el equipo de Palermo por el club aurinegro y cree que jugar más partidos hace que su juego se desarrolle, madure y se sienta más seguro. Además, piensa que Central Español puede seguir peleando los primeros puestos del campeonato porque se hace una planificación a corto plazo y cada partido se juega como si fuera una final.
El cuadro palermitano jugará su final contra El Tanque Sisley, el domingo a las 10:30 de la mañana. El partido será televisado.
Fuente: www.90minutos.com.uy
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