jueves, 10 de marzo de 2011

PEÑAROL 1-0 Liga de Quito

Peñarol volvió al Estadio por la Copa luego de mucho tiempo y no defraudó a las aproximadamente 50 mil personas que fueron a vivir una verdadera fiesta en el coloso de cemento. El manya hizo valer su localía y salió en busca de la victoria desde el minuto cero, que, si bien costó más de lo que el tramite del partido hacía prever, se logró con un golazo de volea de Aguiar.

En el primer tiempo vimos a un Peñarol muy decidido a quedarse con los tres puntos. Los circuitos de fútbol se manejaron a la perfección, sobre todo por la derecha del ataque, donde entre Urreta, Corujo y Pacheco hicieron lo que quisieron, aunque se falló en la definición.

Las llegadas fueron continuas sobre el arco de la Amsterdam, pero en el debe de varios jugadores quedó la definición, tal es el caso de Urreta, que si bien desbordó continuamente y manejo bien la pelota, no pudo culminar las jugadas con un pase certero. O en una jugada puntual que estuvo mano a mano en un gol casi hecho y pateó muy mal.

El Tony volvió a ser el constructor de Peñarol, que con pases sutiles y paredes dejo en evidencia a la defensa visitante. Juan Manuel Olivera fue un buen socio del Tony, haciendo de pivot, luchando y arrastrando todas las marcas de los grandes zagueros ecuatorianos. Además de la clase del Tony en su juego con la pelota, hay que destacar y subrayar el esfuerzo físico que hizo, corriendo y marcando lo que no tenía ni podía hacer.

Pero a pesar de ser netamente superiores el gol no llegaba y no llegó. El equipo se fue aplaudido en el entretiempo pero sabiendo que había que empezar a concretar lo que se generaba.

El segundo tiempo tal vez no fue ese aluvión futbolístico de Peñarol, pero siguió intentando con las mismas armas. Ademá  de que Liga de Quito, después de un primer tiempo donde no le vieron la cara a Sosa, se animó un poco más. Esto hizo que Peñarol ya no pudiera jugar tanto con los zagueros cerca del mediocampo, aunque la presión persistió y cuando tuvo que salir a cortar lejos, Valdez lo hizo y bien, redondeando un excelente partido del reemplazante de Alcoba que, por suerte, no hizo extrañar al Guille.

En la mitad de la cancha el trabajo de Freitas fue muy bueno robando una cantidad de pelotas y metiendo mucho, pero afortunadamente parece haberse dado cuenta que meter no es sinónimo de pegar. El compañero del medio fue Aguiar que nuevamente demostró ser un jugador con mucha visión y entrega.

Y sería el que de volea tras centro de corner de Mier pondría el gol que definiría el partido. La pelota paso por muchas piernas e incluso se desvió cuando ya tenía destino de red. El grito brotó desde las gargantas de los hinchas que llenaron el Estadio y ahora se podía estar más tranquilo.

Mier sería sustituido por el Lolo, cambió acertado ya que el joven jugador no venía teniendo un buen partido, aunque si con mucha entrega y además le puso la pelota a Aguiar para el gol carbonero. Pero con la entrada del Lolo se le daba más velocidad al ataque, que ya estaba bastante desgastado por el esfuerzo físico de los dos delanteros.

En el siguiente cambio se iría justamente Pacheco, muy ovacionado por la hinchada, por todo lo que dejó adentro de esa cancha, entendiendo lo que es jugar una Copa con Peñarol. Si bien ya en el segundo tiempo no fue el de la primer parte, el Tony tendría que haber seguido en cancha, y el que tenía que salir era Olivera. El partido no estaba para un delantero, y menos para un 9 como lo es Olivera. En cambio el Tony tiene la capacidad de recostarse más atrás y lanzar al ataque a jugadores como Urreta y el Lolo, algo que no sucedio cuando era lo más lógico.

El partido terminaría con Liga tratando por arriba pero sin pasar muchos nervios Peñarol lo controlo, con un gran trabajo defensivo por parte de todos sus jugadores, incluso del Lolo, que colaboró mucho robando pelotas, ya que no veía oportunidades en ataque. Por su parte al Porteño no le llegaron claras las pelotas y no tuvo una en la cual se pudiera escapar en velocidad al arco rival.

Nos quedamos para cerrar con una de las ultimas jugadas del partido; tras corner de Liga y despeje de la defensa Mirasol, la pelota le cae a Alejandro González (de buen partido), y viendo que no había nadie en el medio se lanza a al ataque, pero no con decisión, sino mirando para todos lados buscando a alguien para soltar la pelota y volver a la cueva. Lo cómico de la situación fue que sin quererlo se conectó con el Porteño y le devolvió una pelota de taco, que de no ser por una falta mal cobrada del negro a uno de Liga se hubiese ido expreso al arco rival.

Gran triunfo de Peñarol, aunque merecimos más, ya que muchos nos quedamos con gusto a poco, en un partido que era para golear, y más teniendo en cuenat en una serie tan pareja donde la diferencia de goles te puede hacer pasar a octavos. Y más sabiendo que allá con Liga podés perder feo, pero eso es algo que Peñarol no puede darse el lujo, porque ya lo hicimos en Avellaneda.

El Domingo contra Cerro y el próximo Miércoles contra Liga nuevamente para continuar por las sendas triunfales.  

1 comentario:

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