viernes, 13 de mayo de 2011

PEÑAROL 2-0 Universidad Católica - De arriba un rayo

Peñarol volvió al Centenario para abrir la fase de Cuartos de Final de Libertadores, y a pesar de no esperar que se diera de esa forma, la noche salió redonda, y nos llevamos un importante triunfo a tierras chilenas. Católica demostro ser un gran equipo y es por eso que no hay que dar nada por sentado. El jueves se define todo.

Peñarol no tuvo un buen primer tiempo. El equipo visitante se hizo con la pelota pero se limito a hacerlo correr sin llegar con tanta profundidad al arco defendido por el Seba Sosa. Las pelotas en largo se convirtieron nuevamente en el argumento de juego de Peñarol que encontró en Olivera, una vez más, a un gran pivoteador, bajando las pelotas para los jugadores aurinegros que venían de frente.

Sin embargo en la primera etapa se noto la ausencia de una importante figura dentro de la cancha, el Tony, que por cuestiones tácticas no dijo presente en el partido. Nadie fue capaz de mandar una pelota a los espacio vacíos donde acechaban Mier, Urreta y Martinuccio. El recurso del cambio de frente no fue aprovechado para agarrar mal parada a la defensa rival y por lo tanto no había forma de entrarle a los chilenos.

Fue en uno de esos pases largos o pelotazaos desde el fondo donde Olivera la baja de cabeza para dejar a Urreta en carrera al área rival. Después de un par de quiebres y enganches donde se saco de encima a los rivales, se volvió a enredar, y parecía que iba a ser una jugada sin más que eso. Pero antes de perderla y de caerse (del mareo que tenía), levantó un centro sin pretensiones, llovido, que tenía por destino las manos del golero. Por suerte Olivera no pensó así, y como buen goleador fue a pelearla y tuvo su recompensa, ya que el golero falló y JM19 lamandó al fondo de la red. Un 1 a 0 que llegó de la manera más impensada pero que sirvió para afrontar los segundos 45 minutos.

Porque Aguirre en el segundo tiempo a pesar de no cambiar de jugadores cambio de estrategia. La mitad de la cancha se fortaleció con un revitalizado Freitas, haciendo uno de sus mejores partidos de lo que va de la temporada. La defensa mostró una solideza bábarara, tanto en Guille y Darío como en Alejandro. El punto débil que supieron atacar los chilenos, fue con el ingreso de Albín por el lado derecho.

Pero ahora la Católica ya no jugaba tan bien como antes y Peñarol hacía las cosas cada vez mejor. Las salidas rápidas desde la mitad y fondo de la cancha se ejecutaron bien, poniendo a los chilenos contra las cuerdas. Sin embargo, en parte por la mala suerte, en parte por definir mal, el resultado seguía 1 a 0. Y a pesar de no ser un mal resultado el equipo visitante no se quedaba atrás, estando muy cerca del gol del empate que por suerte no llegó.

Y ya cuando muchos nos lamentabamos el no haber aprovechado una diferencia más abultada, ya cuando Diego miraba su reloj y estaba de todas formas conforme con el resultado, en ese momento llegó un despeje violento de atrás. Una pelota que iba a caer dentro del área grande y que sería, supuestamente, del golero. Pero ahora fue el Porteño, el que, a pesar del cansancio y de ser una pelota muy difícil, la corrió hasta las últimas consecuencias. Y tal vez por realizar ese esfuerzo es que se vio recompensado con otro grave error del meta chileno, al cual le rebota la pelota y con un poco de fortuna hace una carmbola en Martinuccio y se mete sin mayor esfuerzo al arco de la Amsterdam.

La ventaja nos deja cerca de las Semifinales, pero no hay que subestimar a este equipo chileno que sabe hacer bien las cosas y lo demostró ayer en el Estadio. Auqne también es cierto que el resultado es justo, ya que Peñarol tuvo muchas chances y se merecía una diferencia así. Ahora habrá que saber defenderla en el país trasandino.

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