Está igual. "Continúo entrenando, hago gimnasio, fútbol cinco. Fútbol en cancha grande, no. Hace tiempo que no juego. Lo importante es no dejarse estar, no perder la forma. Además uno se siente mejor. A mí no me cuesta nada."
Robert "Bola" Lima tiene 39, hace dos que se retiró en el Cerro Largo FC, en un partido donde jugaron todos sus ex compañeros. Muy querido por sus compañeros y la hinchada, vino de Melo a juveniles.
En el 93 Gregorio le dio la titularidad y no salió más hasta el 2000 en que se fue a Chacarita.
Después de nuevo a Peñarol y otra vez a emigrar. Peñarol siempre estuvo en su sangre y con la aurinegra multiplicaba su rendimiento.
Excelentes condiciones físicas, zurdo, veloz, buen juego aéreo, el "Bola" fue un ganador, alguien que siempre iba a más, que contagiaba optimismo, energía, hambre de gloria.
Desde hace unos meses dirige la preséptima, los nacidos en 1998.
"Estar en Peñarol es lo más grande que hay. Volver a Los Aromos es impresionante. Gregorio quiere que todas las divisionales vengan a entrenar cada tanto con el primero, para que se vayan consustanciando con lo que es Peñarol y se vayan imaginando que algún día van a vestir esta gloriosa camiseta.
El trabajo con los muchachos me gusta mucho. Competimos en AUFI, en cancha de 11, lo cual es muy importante porque están dando el salto para después pasar a séptima. El 'Gallego' Óscar Ferro empezó hace un mes a dirigir la séptima. Yo creo que es muy importante que buena parte de los técnicos de juveniles hayan jugado en el club y estén consustanciados con lo que es Peñarol, lo hayan vivido, lo hayan sentido.
Por eso me parece muy importante que Gregorio haya nombrado a Enrique para trabajar con él. Más hoy que los jugadores van y vienen, no se quedan mucho tiempo en el club, y por lo tanto necesitan de forma muy directa y muy clara lo que es Peñarol".
"Eso fue de las cosas principales que tuvo el quinquenio. Se respiraba Peñarol por todos lados. Porque si bien Gregorio no había jugado, su manera de ser, su forma de sentir y trasmitir, parecía que toda la vida había estado acá. Y los muchachos que vinieron, el 'Chueco' Perdomo, el 'Tano' Gutiérrez, Saralegui, el 'Tito' Goncálvez y el 'Pollo' Vidal al comienzo, fueron aportando todo eso. Despues llego el 'Gaby' Cedrés. Y se armo un gran plantel. Que quería ganar cosas con Peñarol. Se formó una mística. Con el club y entre nosotros. Sin petulancia, nos mirábamos y nos sentíamos ganadores. Sembrar ese sentimiento, esa mística, es muy importante para el jugador que se forma en Peñarol."
Fuente: www.larepublica.com.uy
No hay comentarios:
Publicar un comentario