Peñarol domino la primera parte del partido presionando bien arriba al rival para no dejarle espacios en los que pudiera hacer lo mejor que saben hacer, tocar la pelota hasta el cansancio. Dentro de este esquema de juego las labores de los mediocampistas fueron fundamentales. Nico Freitas y Aguiar tuvieron mucho trabajo en la contención pero dio sus frutos ya que el equipo rojo no pasaba la mitad de la cancha. Tanto Mier como Corujo también colaboraron en la marca, evitando las subidas de los laterales. Además el primero, el Chiche, se destacó también en la cración del fútbol para los de arriba.
Sin Olivera este Peñarol tenía que buscar otros argumentos y parecía que los estaba encontrando con los desbordes de Martinuccio y la clásica pausa y toque al costado de Pacheco.
Sin embargo las pelotas no fueron con mucho peligro al arco del Inter, hasta en una jugada puntual, en la cual de un tiro libre desde la derecha levantado por Aguiar, la pelota le quedaría a Pacheco, pero éste fue bien cerrado por el arquero que, después de dar rebote se mandaría la atajada de la noche, cuando Freitas desde dentro del área grande tiró una volea que iba con destino de red pero en la cual se volvía a interceptar el golero del Inter.
Las más claras las tenía Peñarol, el Inter solo amenazaba con algún contragolpe aislado en el que aprovecho para adelantar el cuadro cuando les cometían faltas, que de todas formas fueron mal ejecutadas.
Pero poco minutos después llegaría el gol tan merecido que hizo delirar a un estadio que volvio a vestirse de fiesta. Corujo una vez se hizo presente en las redes marcando un lindo gol tras gran jugada de Martinuccio que desbordó y mandó el pase rastrero al medio.
El resultado estaba bien, pero se necesitaba más para asegurar el triunfo de local y llegar con más aire a Porto Alegre. Ese segundo gol que no existió pudo haber llegado en lo que faltaba del segundo tiempo, pero en definitiva no se aprovechó y el juez dio el final de la primera parte.
El complemento sería bien distinto, porque el Inter se hizo con la pelota y Peñarol lo espero más sobre su arco intentando aprovechar la velocidad del Porteño en las salidas de contragolpe. El Inter se sintió más cómodo teniendo y tocando la pelota, aunque eso también le costaba la dura marca de los jugadores aurinegros. Porque si bien Peñarol se replegó en su terreno, ahi no dio no quiso ceder ni un centrímero de espacio y el Inter lo sintió porque a pesar de llegar cerca del arco de Sosa, nunca pudo entrar con pelota dominada. Por eso todo pintaba bien para Peñarol, que jugaba tranquilo con el resultado y esperando poder liquidar el partido.
Pero la mala suerte le jugó una mala pasada tanto a Valdez, como a Sosa, y como a todo Peñarol. Un remate sin muchas pretensiones terminó en la red. ¿Por qué?, la pelota se desvió en el zaguero y Sosa solo pudo ver pasar el balón hasta el fondo del arco. Se podría decir que los zagueros demoraron en cerrarle el tiro al jugador rojo, o que Sosa pudo haber hecho un poco más de esfuerzo. Tal vez si, pero no quedan dudas de que la suerte acompaño al equipo visitante, porque si no te llegan en todo el partido y en un pelota aislado la mandan a guardar...
A partir de ahi, una vez más Peñarol no pudo con la presión, se desordenó y ya no encontró los caminos que había encontrado en el primer tiempo para vulnerar el arco del Inter. La entrada del Lolo no cambió para nada el trámite, al igual que la de Alonso al cual no se si le llegaron 2 pelotas, en momentos del partido donde el es el que tiene que recibirlas todas en el área.
La revancha será el Miércoles y por más que parezca difícil, quedo demostrado que Peñarol le puede hacer un partido de igual a igual al campeón de la Libertadores, y que si se lo proponen estos jugadores pueden disputar los cuartos de final. Porque además cabe destacar que este partido lo jugamos sin dos figuras importantísimas: Urreta y Olivera, que seguramente estén en el once inicial del partido revancha.
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