jueves, 5 de mayo de 2011

Inter 1-2 PEÑAROL - Beirariazo

Porto Alegre aprontó su fiesta vistiendo de rojo el estadio Beira-Rio. Con el empate que había sacado el Inter en Montevideo, más el gol apenas pasado el minuto de juego, hacía prever que la llave se había cerrado. Pero todo Peñarolense que piensa con el sentimiento antes que con la razón, tenía fe en que el "Peñarol de los Milagros" podía y tenía que hacerse presente esa noche. Los jugadores hicieron todo para que así fuera, dejando todo adentro de la cancha para sentenciar el pasaje, como la historia lo demanda, a Cuartos de Final.

Pero el comienzo no fue como nos lo esperábamos, ni siquiera el más pesimista. Al minuto y poco de juego, un error en la salida de un lateral deja mal parada a la línea de cuatro que se vio superada por el jugador colorado que remato fuerte contra el palo para que Sosa no pudiera hacer nada.

Inter dominaba el juego, se hacía con la posesión de la pelota y hacía correr a una mitad de cancha desorganizada. Peñarol recién pudo emparejar en algo las acciones pasado los minutos, donde llegamos tras un tiro de esquina a la primera jugada peligrosa de Peñarol en el partido. El cabezazo de Freitas agarró la comba contraria al arco y se fue rozando el vertical. Presagio de lo que iba a venir.

Sin embargo el primer tiempo se fue con Inter tranquilo, tal vez demasiado, y un Peñarol que debía tranquilizarse para jugar mejor en el segundo tiempo.

Lo cierto es que, tanto las tácticas planeadas por los dos entrenadores antes del partido como als del entretiempo, fueron derribadas por goles tempraneros. Antes de que se consumiera el primer minuto del complemneto, Martinuccio tras gran combinación con Mier y Olivera, marcaba lo que era el empate y definir en los penales.

Pero Peñarol sabía que tenía todo para seguir de largo, con un Inter ahora más adelantado en la cancha y golpeado anímicamente. Por eso es que a los cinco minutos del segundo tiempo, Peñarol liquidaría la serie con un cabezazo matador de JM19, tras gran desborde y centro del canario Aguiar.

La clasificación ahora estaba en el bolsillo de los aurinegros, y el segundo gol había valido doble, porque ahora el Intre debía anotar dos veces para acceder a Cuartos.

Sin embargo los jugadores de Peñarol se plantaron en la cancha y apretaron los dientes, y con una defensa bien parada, un Martinuccio que enloqueció en los contragolpes a los brasileros, y un Sosa que estuvo enorme en el arco, el carbonero ganaba un partido de los más difíciles (en la previa) de ganar.

Peñarol sacó a relucir su tradición y mística copera en el Estadio Beira Rio, en Porto Alegre, para que una vez más los uruguayos hicieran callar a los brasileros.

Universidad Católica nos espera en Cuartos, para poder seguir escribiendo páginas de gloria, en papel de oro y con lápiz de carbón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Recomienda este blog!