sábado, 10 de septiembre de 2011

JM19: Un uruguayo en el mundo de Diego

Demoró en caerle la ficha a Juan Manuel Olivera cuando tuvo enfrente a su nuevo DT: Diego Armando Maradona, con quien hoy comparte charlas, bromas y toma mate.

La primera sensación. “Al principio no te cae la ficha y es como que te choca estar frente a un tipo importante del fútbol mundial. Es como que lo mirás y no podés creer”.La primera charla. “A medida que pasan los días la relación se hace normal y es una persona muy amena. Además, el hecho de hablar el mismo idioma en un país con costumbres tan distintas, ayuda a que tengamos mucho diálogo”.

Y la locura generalizada. “Cuando llegó se revolucionó todo y con el paso de los días fue en aumento la locura. Por ejemplo: viene mucha gente a los entrenamientos, muchos turistas, sobre todo italianos y los napolitanos que lo esperan para sacarse fotos. Se roba la atención, pero no es ni por asomo lo que puede ser en América”.

Desde hace más de un mes Juan Manuel Olivera se convirtió en un uruguayo en el mundo de Diego Armando Maradona.

Al Wasl el club. Emiratos Arabes Unidos el lugar. Otro idioma, otra gente. Razón más que obvia para que la relación entre los pocos sudamericanos del equipo, se fortifique día a día .
“El otro día justo llevé el mate al entrenamiento y estaba tomando con Donda (compañero argentino) y justo Diego cruzó por el camarín nuestro y se quedó tomando mate. Nos quedamos como una hora los tres solos tomando mate y charlando. Hablamos de todo, le preguntamos cómo se sentía acá y nos dijo que feliz. Obviamente en una charla de esas se habla de su etapa como jugador. Sinceramente hablás de lo que sea con él”, relató Olivera a El Observador desde el otro lado del mundo.

Y el uruguayo se mete en la charla sobre lo que significa el hecho de ser dirigido por uno de los mejores jugadores de la historia del mundo. “A mi me pidió él como refuerzo para el equipo. Quedaban dos cupos para extranjeros y fue un orgullo que me pidiera Maradona. Claro que ahora pasa a ser una responsabilidad extra. No es cualquiera el que me pidió”.
Y llegó el primer día de entrenamiento con el equipo y la sorpresa fue generalizada por un pequeño detalle: el traductor.

“Diego estaba con un traductor de la embajada que no estaba de acuerdo con el fútbol. Se pueden imaginar lo que era aquello. Ahora se lo cambiaron y le pusieron a uno que habla cinco idiomas. Igual es muy gracioso verlo hablarles en español a los árabes como si lo entendieran, los gestos de la cara”, comentó el ex delantero de Peñarol.

Olivera reveló que los entrenamientos se realizan en un ambiente distendido.

“En la cancha no me pidió nada extraño porque ya me conocía de verme jugar la Libertadores. Pero me sorprendió sí que a todos los volantes les pidió que jugaran conmigo, que me utilicen de pívot, que no me dejen aislado arriba. Quiere que entre en contacto permanente con la pelota y que no me meta pura y exclusivamente en el área. Está bueno eso y me sentí muy cómodo”, comentó.

Al Wasl ya jugó y Olivera se hizo presente en la red. “En su primera charla técnica remarcó el hecho de la tenencia del balón y que se tratara de que la pelota pasara por el chileno Puch. Se jugaba muy lateral, con poca sorpresa y pretende ser más agresivo. En el tema de la motivación me dejó la sensación de que no es una de las cosas en las que ponga especial énfasis porque en este país no se vive el fútbol como en Sudamerica. De todos modos él trata de meter cosas, de tirar conceptos”, contó.

Olivera agregó: “Todavía no se dio la oportunidad para que los sudamericanos saliéramos a comer juntos con Diego porque recién estamos tratando de cerrar el tema de la casa. Diego no vive en la casa que el club le brinda y yo igual: seguimos en hoteles; entonces mucho fuera de la cancha no hemos hecho. Pero a Diego lo mata el calor”.

La charla se cierra con los detalles más jugosos. Olivera no puede dejar de reconocer que cuando Maradona se para frente a la pelota para rematar un tiro libre, todos se detienen a mirar.

“Evidentemente ya no está para jugar porque siente las rodillas y el sobrepeso no lo ayuda, pero se queda siempre a rematar tiros libres y te das cuenta que le apasiona. Cuando se queda a pegarle a la pelota es impresionante. Se para el entrenamiento. Sí, sí, se para la práctica. Yo me quedo a ver cómo le pega. Es extraordinario, no hay palabras para describirlo”, relató el ex nueve de Peñarol.

Aquella sorpresa inicial va dando paso al trato diario y a la confianza. “Es como que Diego pasa a ser uno más. Pasa por al lado tuyo y te tira una broma; entonces te brinda la posibilidad de que el diálogo sea informal”.

Fuente: www.elobservador.com.uy

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