miércoles, 28 de marzo de 2012

U. de Chile 2-1 PEÑAROL - Se dejó todo, pero no alcanzó

El Estadio Nacional de Chile que nos había regalado en el pasado los mejores momentos de nuestra historia, nos devolvió la cachetada con una derrota sobre la hora que nos deja sin chances matemáticas para pasar a octavos. El partido se hizo muy difícil como se esperaba, pero los jugadores no dieron nada por perdido y buscaron el resultado hasta el final. Si hay una forma de quedar eliminados de la Copa, es ésta, dejando el alma y el corazón en cada segundo. A lo Peñarol también en la derrota.

Todo lo que se había hablado durante la previa por el Polilla y los jugadores se vino abajo cuando a los dos minutos un error de Carini termina en el primer gol del equipo local.
Peñarol subió las líneas y presionó en toda la cancha, pero al recuperar la pelota costaba jugarla bien y llegar al arco rival.
Las cosas se complicarían más aún con la lesión de Zalayeta a los 15 minutos. Perdíamos un jugador de peso en el área rival y que estaba participando activamente del juego. Por él ingreso Maxi Pérez y el Polilla debía cambiar la manera de hacer jugar a su equipo debido a las evidentes diferencias entre ambos jugadores.
En el primer tiempo se llegó poco y sin peligro, a diferencia del rival que tuvo alguna chance más de convertir, como un penal (muy dudoso) cometido por Pedro, pero que el capitán de la Uchi mandaría por encima del horizontal.
La última del primer tiempo fue para Peñarol, luego de varios meses fuimos testigos por fin de un tiro libre bien ejecutado en Peñarol, el responsable fue Luis Aguiar y la pelota terminó dando en el palo.

Para el segundo tiempo la actitud cambió del equipo mirasol cambió, tal vez en gran parte debido al rápido gol que encontró Valdez de cabeza para poner las cosas 1-1 y reavivar la ilusión.
El partido se volvió de alto riesgo para ambos equipos, aunque Peñarol fue el que se descuidó más atrás debido a la urgencia de buscar un segundo gol y errores propios.
El ingreso de Estoyanoff le dio mucho más dinámica al ataque de Peñarol a diferencia de un apagado Pedro que sigue desilusionando. Lamentablemente nadie fue capaz de entender los centros peligrosísimos que metió el Lolo  por abajo, ya que en las alturas iba a ser imposible ganar con dos delanteros que no superan el metro setenta. En el debe quedó la última que tuvo en la cual debió haberle devuelto el favor a Aguiar (por el pase ante la Católica en 2011) en vez de pegarla al arco de muy lejos y mal.

El 1-1 parecía un resultado ajustado a lo que había sido el encuentro, aunque muchos de nosotros esperábamos que el mítico Estadio que había visto la gesta del 66, el gol de Morena en el 82 y el de Aguirre en el 87 en los últimos segundos, nos regalara nuevamente un triunfo agónico. Pero fue todo lo contrario. En la última jugada lo ganó la Uchi luego de un entrevero defensivo de Peñarol, el cual nos dejó afuera de la pelea por un puesto en los octavos de final de la Libertadores.

Pero, y si bien es una frase trillada no deja de ser verdad, los jugadores DEJARON EL ALMA Y EL CORAZÓN, así como lo reclamamos y lo merecemos los hinchas de Peñarol.
Por eso, la Copa Libertadores no se terminó, queda el partido de visitante ante Nacional de Medellín y luego sí, el partido despedida ante Godoy Cruz. Y en ambos tenemos que estar dejando el ALMA Y EL CORAZÓN, en la cancha y en las tribunas, como Peñarol lo merece.

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